La crisis de la corona, por supuesto, no nos ha dejado sin rastro. Al igual que cientos de miles de artistas autónomos y autónomos, nuestro trabajo se basa en el público y el contacto. Pero aunque de alguna manera nos confundimos con la suerte y las reservas, las restricciones de contacto en ausencia de una ayuda (estatal) adecuada plantearon y aún representan una amenaza existencial para muchas otras personas en el campo cultural y artístico. Por ejemplo, para la pequeña editorial berlinesa Periplaneta y sus empleados y autores.
Entonces, todos juntamos nuestro tiempo libre involuntario en un proyecto solidario. Escribimos a los autores de la editorial y les pedimos que leyeran sus libros en casa y se filmaran usando sus teléfonos inteligentes, para obtener suficiente material para un clip publicitario. Y eso funcionó. Puede leer más sobre la historia en el sitio web del editor.
Por cierto, Periplaneta sobrevivió a la crisis. No por el video, sino también por el video.